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| Águila cafre |
Es un animal grande. Mide de 75 a 96 cm de longitud y pesa de 3 a 6,2 kg. La envergadura de sus alas puede alcanzar los 2,5 m. Generalmente son de color negro con una V blanca distintiva en su espalda. Los juveniles son normalmente más claros, de tono marrón oscuro con la cara negra. Su aspecto es muy similar al del águila real.
Es altamente territorial y puede ser visto con frecuencia dentro de su territorio junto a otro individuo del sexo opuesto, que será su pareja de por vida. Se alimenta principalmente de damanes, y también come, monos, liebres y pequeños antílopes. La hembra pone normalmente dos huevos de color blanco cremoso, de los que pasados 45 días nacerán los polluelos.
La extensión de su territorio está inversamente ligada a la cantidad de presas. Cuando el alimento abunda su territorio puede ser de apenas 10 kilómetros cuadrados, y cuando el alimento escasea puede expandir su área hasta 250 kilómetros cuadrados.
El águila cafre es natural de África, donde se la puede encontrar en los valles montañosos de escaso arbolado del sur del Sahara, extendiéndose por el este hasta la península arábiga.
Las hembras, que son ligeramente mayores que los machos, alcanzan una envergadura alar de más de dos metros y medio, más de noventa centímetros de tamaño y unos 6 kilogramos de peso.
El plumaje es uniforme de color negro, con una distintiva mancha blanca con forma de V en el dorso, y plumas blancas en la parte final de la espalda que quedan cubiertas por las alas. Los juveniles son más claros en general.
Las parejas se forman de por vida. Anidan habitualmente sobre los riscos, y rara vez en árboles de gran porte. Ponen entre uno y tres huevos, siendo usual que saquen adelante dos pollos por temporada, tras una incubación de más de cuarenta días.
Se alimentan de pequeños mamíferos.
Hablaremos de sus principales características, hábitat, alimentación, forma de reproducción, amenazas y estado de conservación.
El nombre científico de este águila es Aquila verreauxii y se le conoce como águila cafre o simplemente águila negra africana, y destaca por su plumaje negro en la mayor parte de su cuerpo, el cual se complementa con plumas de color blanco en el sacro y en unas franjas a los lados de sus lomos. Por su parte, los ojos son marrones y las patas amarillas.
Las águilas jóvenes se diferencian de las adultas porque poseen una especie de corona en colores dorados y la nuca de color rojo, el plumaje de su cuerpo varía en tonalidades crema las cuales se van sucediendo con el pasar de los años y se vuelven completamente negras cuando el águila tiene aproximadamente 65 años de edad.
El águila negra prefiere el clima subdesértico por esto es posible encontrarla en la región central del continente africano, en la Península Arábiga y otros lugares del planeta.
Habitan en montañas, gargantas, acantilados y colinas ubicadas en planicies o bosques.
Aunque la naturaleza de esta ave no es migratoria, pueden migrar en caso de que necesiten conseguir alimento y no lo encuentren en su zona de hábitat.
El principal alimento de la dieta del águila negra lo constituyen los damanes de piedra, sin embargo también pueden alimentarse de otros animales como gallinas, garzas, reptiles, conejos y liebres.
Asimismo se han encontrado casos en lo que llegan a comer antílopes y monos, y en casos extremos, es decir, cuando no encuentran de qué alimentarse pueden llegar a comer carroña de animales y hasta robarle a otros lo que han cazado para su propio sustento.
El águila negra encuentra a sus presas mientras vuela y las ataca, pero también pueden hacerlo desde las rocas y árboles.
De acuerdo a la región donde se encuentre el águila negra varía el periodo de reproducción.
Por ejemplo en la Península Arábiga y en Sudán se realiza entre diciembre y agosto, en el caso de Somalia y en Etiopía ocurre entre octubre y mayo, mientras que en las regiones más al sur se realizan entre abril y noviembre.
Generalmente en todas las variedades de águilas la reproducción es un proceso similar y comienza con el cortejo en el que el macho realiza acrobacias en el aire, con el fin de atraer la atención e impresionar a la hembra.
Una vez que esta cede a su cortejo se unen y comienzan una relación que les durará toda la vida de forma exclusiva, es decir, el águila negra es monógama, solo buscará otra pareja si muere la primera.
La hembra incuba unos dos huevos durante un periodo de 40 a 50 días y una vez salen los polluelos es común que el primero mate al último, de tal manera que las mayores posibilidades de vida la tiene el primero.
El águila negra es de las especies de águila que en menor peligro se encuentra, de hecho pertenece a la categoría de “Preocupación menor” por lo cual no está en peligro de extinción.
Sin embargo, el hecho de que existan miles de ejemplares en su hábitat natural no quiere decir que no esté en amenaza, siendo como siempre la principal fuente la acción del hombre.
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